La última muerte de Antonio Raya
En Plaza Nueva, justo debajo de los antiguos juzgados de instrucción, estaba situada la popular taberna Vílchez, un lugar frecuentado por los anarquistas de la ciudad. Fue justo allí donde el 22 de junio de 1942 el guerrillero anarquista Antonio Raya cayó en una trampa. Hacía unos días su grupo había sido prácticamente desmantelado después de un encuentro con la policía. En los grupos clandestinos era habitual mantener una serie de citas fijadas con antelación por si existía algún tipo de contratiempo, como había ocurrido en esta ocasión. Ese día tenía una cita en la taberna con Juan Sandoval (El Peque), un joven anarquista granadino que ya había colaborado con el grupo. Sandoval aquella mañana acudió pronto a la cita y al entrar en la taberna se vio rodeado por un grupo de policías que le apuntaban con sus pistolas. Alguien había dado un chivatazo. Desarmado, le obligaron a permanecer en la taberna como si nada hubiera ocurrido, a la espera de Antonio Raya. Cuando este llegara debía dar la señal de aviso.
Dos horas después, sobre las cinco de la tarde, Antonio Raya apareció por el umbral de la puerta. Antes de que tuviera tiempo de reaccionar y sacar su revólver, fue acribillado por media docena de policías que le estaban esperando. Antonio Raya murió desangrado en el asiento trasero del taxi cuando le estaban trasladando al hospital. Tenía tan sólo 26 años y en la cárcel acababa de nacer su único hijo.
Fuentes y bibliografía
Consejo de Guerra 920/1008 (Archivo del Tribunal Togado Militar de Almería)
Jorge MARCO: Hijos de una guerra. Los hermanos Quero y la resistencia antifranquista, Granada, Comares, 2010.