Gobierno Civil de Granada
El Gobierno Civil, situado a pocos metros de la Comisaría de Policía durante los años de la Guerra Civil, fue un lugar fundamental durante la contienda. Durante la sublevación en la capital fue uno de los puntos clave logrados por los rebeldes, deteniéndose en él al presidente de la Diputación, Virgilio Castilla, al miembro de la UGT Antonio Rus, al sindicalista Alcántara y al gobernador civil republicano, César Torres Martínez. Parece que sólo Castilla mostró algo de resistencia dado que, según algunos testimonios, llegó a tratar de sacar una pistola para defenderse.
Tomado el control de la ciudad el Gobierno Civil se convirtió en un lugar de castigo, donde fueron recluidos temporalmente individuos que luego eran enviados a las colonias de Víznar o al cementerio para ser fusilados. Numerosos autores han aludido, por ejemplo, a la presencia de García Lorca en sus dependencias, a mediados de agosto de 1936 y a los intentos de la familia Rosales por liberarlo. También tenemos constancia de brutales torturas a los detenidos. Al frente del mismo se situó el comandante Valdés, del que son numerosos los testimonios de su severidad e inclemencia. Carlos García Vílchez, un oficial encargado de la custodia de los retenidos afirmó que, al tratar de impedir que una mujer se arrojarse al vacío para quitarse la vida ante las constantes torturas sufridas, Valdés le indicó ¡Dejala! A ver si acierta y se abre la cabeza con el empedrado. Posteriormente Valdés sería sucedido por Esteban Samaniego (1938-1940) y Antonio Gallego Burín (1940-1941). A mediados de los años cuarenta el Gobierno Civil sería trasladado a Gran Vía.
Fuentes y bibliografía:
Eduardo MOLINA FAJARDO: Los últimos días de García Lorca. Barcelona, Plaza y Janés, 1983.
Ian GIBSON: Granada en 1936 y el asesinato de Federico García Lorca. Barcelona, Crítica, 1986.